miércoles, 28 de mayo de 2008

Mi vida laboral (segunda parte)

Pues allí llegué yo el primer día de trabajo, 20 minutos antes de la hora. Con el paso de los años me daría cuenta de que no hace falta llegar tan pronto.

Mi primer recuerdo fue que la persona que me había contratado se iba ese mismo día por diferencias con el director. Con el tiempo me daría cuenta de que lo normal era tener diferencias con él, sobre todo porque mezclaba lo personal con lo profesional.

Mis primeras compañeras de departamento: Sol, Susana y Esther. Salía de una facultad con mayoría femenina o sea que no supuso nada extraño. Más gente de aquella época: Marco, Pablo, Paco, Nuria, Antonio y muchos más, de algunos prefiero ni acordarme.
En los cinco años que estuvimos en Alcobendas vi pasar gran cantidad de personas por la empresa, especialmente por mi departamento. Con algunos estaría poco tiempo, pero suficiente para seguir manteniendo la amistad (Ana) con otros años (Sol y David), y con otros toda "mi vida" (Asun y Javier).

¿Qué aprendí de aquella época? Dejando a un lado el aspecto profesional aprendí mucho del comportamiento de las personas y a "sobrevivir" en situaciones extremas. Aprendí a tratar con malas personas, a ver que mucha gente tiene doble cara, que mucha gente se preocupa solo de sí mismos y que otros se preocupan de hacer daño a los demás...

También aprendes a descubrir buena gente, que en un mal ambiente es complicado.

Afortunadamente la crisis del 2002 sirvió para limpiar el ambiente y que todo mejorara con el cambio de oficina. Allí descubriría muy buenas personas...

Continuará...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola guapo

Solo puedo decirte que eres el luchador en la sombra. Siempre sólido, incansable, con la misma actitud de seguir creciendo ante las adversidades.

Hay personas que luchan en primera línea y se llevan los honores. Tú eres el que está en la retaguardia, con una fortaleza interior increíble. Físicamente no eres descomunal, pero interiormente eres brutal. Tienes un don, y es del ser un valiente, sin darte bombo.

No te pavoneas de tu talento. Y sin embargo, cualquier cosa que abordes, resulta brillante. Entraste en VTECH por eso, por ser brillante. Tienes como te digo siempre: “un no se que, y un qué se yo”, muy especial.

Las personas que te hicieron daño, creo que salieron mal paradas, sobre todo porque su calidad humana es muy pobre, con lo cual jamás podrán disfrutar de una felicidad autentica. Se quedan siempre en la superficie de las cosas. Seguramente valoran cosas banales cómo: el tener un super cochazo, un yate, ir al palco de tal estadio a alternar con famosillos, conseguir joyas carisimas, escalar a cualquier precio, etc… En el fondo, cuando te trataron mal, es porque te tenían envidia, jamás han podido estar a tu altura. Su escala de valores es tan entupida y superflua que cuando se les acabe el chollo se vendrán abajo por una pequeñez. Todos los días nos encontramos con personas así, pero no merece la pena que les dediquemos tiempo, porque no tienen nada que ofrecernos. Ellos no tenían nada que ofrecerte, solo te sirvieron para aprender, y para hacerte más fuerte.

El tiempo te ha dado la razón, has podido conocer a personas autenticas, en las que prima el interior, y no la parafernalia. Y todo porque siempre das a cambio de nada.

Me alegro de haberte conocido, me alegro de estar contigo. A tu lado siempre he sido más fuerte, a tu lado mejoré como persona. Lo que tocas lo transformas en algo siempre mejor. Y eso es porque eres puro corazón.

Quiero aprovechar para dar las gracias a la gente que en VTECH ha estado ahí contigo y que sigue estando. Sois increíbles, y valéis más que cualquier piedra preciosa. Representáis lo mejor de la humanidad y os merecéis lo mejor.

Besos. Nuri

Anónimo dijo...

Hola, la verdad es que me encanta leer lo que escribes. Eres auténtico y los comentarios de Nuria son verdaderamente increibles.
Sois unos luchadores incansables super valientes.
Mil besos