He estado unos días sin escribir, porque hemos estado en LONDRES. Hoy os hablaré de esta experiencia.
En primer lugar quiero agradecer a nuestros anfitriones "Manuela y Paolo", su dedicación a nosotros durante estos días. También a agradecerle a nuestra amiga Nuria (mi ex compañera de trabajo) su compañía y ayuda en este viaje.
El viaje ha sido bastante duro y cansado para mi, pero a pesar de todo no me arrepiento de haberlo hecho, ha sido otro reto superado.
Todo empezó el jueves pasado, llegamos al aeropuerto unas tres horas antes de nuestro vuelo para realizar todos trámites con asientos, facturación de maletas, controles varios, y petición de acompañamiento al avión con su silla especial para traslados.
Un concepto que me parece gracioso es el de los asientos reservados a personas con movilidad reducida. Lo único que tienen de "adaptado" es que se levanta el reposabrazos. Ni es más ancho, ni más cómodo.
El primer problema de nuestro viaje, fue que después de estar sentados en el avión, nos comunicaron que debido a una avería, nos teníamos que trasladar a otro. Tuvimos que esperar a que salieran todos los pasajeros, y esperar a que llegaran con la silla especial para de nuevo cambiar de avión. Cuando llegaron a por nosotros, vuelta a empezar, ir al otro avión, entrar con la silla y buscar el mejor modo de sentarme. En definitiva este incidente supuso mucho agotamiento para mi. Aún así he de destacar el gran trato recibido por la tripulación del avión.
En definitiva llegamos a Londres con dos horas de retraso, a lo que había que sumar el hecho de ser los últimos en desembarcar del avión, con los ajetreos correspondientes para poder hacerlo. Recogida de maletas, busqueda de la salida y por fin, vimos a Manuela que nos recibió con un gran abrazo y con el taxi adaptado para trasladarnos al hotel.
Tras una hora llegamos al Hotel y nos dirigimos a nuestra habitación. El grado de adaptación de la habitación era bueno pero con algunos inconvenientes: la típica moqueta inglesa que hacía que mis pies se quedaran clavados y no pudiera avanzar ni un paso y que incluso fuera difícil desplazarse con la silla; y la altura del inodoro que era más baja de lo esperado y eso complicó mis visitas "al roca". Por lo demás la habitación estaba muy bien y tenía unas vistas expectaculares al Big Ben y al London Eye (la noria), si a eso le añadimos la cesta y flores que nos había traído Manuela, una bienvenida estupenda.
Bueno y ahora os dejo, con esta primera parte, para que vayáis imaginando qué pudo pasarnos, y qué hicimos en este viaje, pero tranquilos que ya continuaré dando detalles y subiré algunas fotos para recordar.
Hace 4 meses
4 comentarios:
Hola Raúl
Ya me has dejado intrigada,me puedo imaginar como el fue el viaje,todo exactamente igual que pasó con mi padre cuando fuimos a un especialista en ELA en Barcelona,el pobre terminó agotado pero luego nos reíamos al recordarlo.
Espero con intriga el resto del viaje.
Besos a los dos
comprendo que estés cansado, pero no nos puedes dejar a medias, porfa ponte las pilas y sigue contando, que ya te echábamos de menos, saludos a los dos
Hola Raul
Ya veo que te estas recuperando poquito a poquito del estres del viaje.
Desde luego que hitorias ya tienes que contar, eh?
Por cierto, os habeis llevado el solete con vosotros.... Ha vuelto el Royal Grey y la lluvia....Que pena!
Ya sabes que ha sido un placer teneros por aca, y he disfrutado como un enano. Me alegro de que lo hayais pasado bien.
Haber si poneis alguna foto de esas tan chulas que teneis.
Besos y un abrazo de Paolo.
Manuela
RAÚL que valiente! QUE VALIENTE!
Mientras te leía iba escenificado las entuertos que te encontraste y venciste, no sin hacer un extra de esfuerzo, cansado pero FELIZ! Continua el relato y cuelga alguna que otra foto, un abrazo de Josep Rof i Rof visítame si te apetece gracias http://enfoques6ela.blogspot.com/
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