lunes, 2 de junio de 2008

Martes con mi viejo profesor

Bueno aquí sigo con mi gastroenteritis que me está dejando un poco débil.

Os recomiendo este libro de Mitch Albom: Martes con mi viejo profesor. A mí me sirvió para cambiar la manera de afrontar las cosas. No sólo vale para enfermos o familiares. Vale para cualquiera que quiera dar un pequeño giro a su vida y valorar qué es realmente importante.
Os animo a leerlo. Yo iré poniendo fragmentos del libro en el blog. Por supuesto tiene fragmentos duros pero reales.

... La ELA es como una vela encendida: te funde los nervios y te deja el
cuerpo como un montón de cera. Suele empezar por las piernas, y va subiendo.
Pierdes el control de los músculos de los muslos, de manera que no eres capaz
de mantenerte de pie. Pierdes el control de los músculos del tronco, de modo
que no eres capaz de mantenerte sentado y erguido. Al final, si sigues vivo,
estás respirando por un tubo que te pasa por un agujero de la garganta,
mientras tu alma, completamente despierta, está presa en una cáscara flácida,
quizás capaz de pestañear, o de chascar la lengua, como un ser de una película
de ciencia ficción, el hombre congelado dentro de su propia carne. Esto no tarda
en llegar más de cinco años contados desde el día en que contraes la
enfermedad....

.... A pesar de lo cual, allí estaba Morrie hablando con la capacidad de
asombro de nuestros años de universidad, como si yo no hubiera hecho más
que tomarme unas largas vacaciones.
-¿Has encontrado a alguien con quien compartir tu corazón? -me
preguntó.
«¿Estás aportando algo a tu comunidad?
«¿Estás en paz contigo mismo?
«¿Estás procurando ser tan humano como te sea posible?
Yo estaba violento, intentando dar a entender que me había enfrentado a
fondo a estas cuestiones. ¿Qué me ha pasado? Hubo un tiempo en que me
prometí a mí mismo que no trabajaría nunca por dinero, que me afiliaría al
Cuerpo de la Paz, que viviría en sitios hermosos e inspiradores.
Por el contrario, llevaba ya diez años viviendo en Detroit, trabajando en
un mismo sitio, siendo cliente de un mismo banco, acudiendo a un mismo
peluquero. Tenía treinta y siete años; era más eficiente que en la universidad,
atado como estaba a los ordenadores, a los módem y a los teléfonos móviles.
Escribía artículos sobre deportistas ricos, a la mayoría de los cuales la gente
como yo no les importaba lo más mínimo. Yo ya no era más joven que mis
compañeros, ni tampoco andaba por ahí con sudaderas ni cigarrillos apagados
en la boca. No mantenía largas discusiones sobre el sentido de la vida mientras
comía sándwiches de ensalada de huevo.
Tenía ocupados mis días, pero seguía insatisfecho durante buena parte del
tiempo.
¿Qué me ha pasado....

Ya os iré dejando otros fragmentos

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola guapo

Simplemente puedo decir, que cuando leí el libro, no pude despegarme de él, hasta que me lo liquidé. ¿por qué será?

Quizá por cosas como las que has incluido tu. Sobre todo creo que deberíamos pensar qué hemos hecho con nuestra vida y si merece la pena lo que estamos haciendo.

Hay que disfrutar de las pequeñas cosas y olvidarse de lo material, porque eso no nos consuela en los momentos difíciles.

Te quiero, eres un tío genial. Ya quisieran muchos sanos, tener un interior como el tuyo. Y por otra parte, aportar tanto a los que te leemos.

En definitiva. ¡Tu si que vales!

Bsos. Nuri

Anónimo dijo...

QUERIDO RAUL

SOBRE EL LIBRO "MARTES CON MI VIEJO PROFESOR",ESTOY DE ACUERDO CONTIGO ES MUY BUENO.

YO LO LEI HACE POQUITO Y ME GUSTO MUCHO. TAMBIEN APUNTE MUCHAS FRASES QUE ME LLEGARON MUCHO.

ES UN LIBRO QUE NO SOLO ES UTIL PARA LOS ELATICOS COMO NOSOTROS, TAMMBIEN ES MUY POSITIVO PARA LOS SANOS DE CUERPO, PERO ENFERMOS EN SU VIDA COTIDIANA.

LOS ENFERMOS EN SU VIDA COTIDIANA SON LAS PERSONAS QUE PARA MI NO SE PARAN A DISFRUTAR DE LAS PEQUEÑAS COSAS QUE EN REALIDAD SON LAS GRANDES COSAS DE LA VIDA.

BUSCARE LAS FRASES QUE ME GUSTAN Y LAS PONGO AQUI. TENDRE QUE PEDIR AYUDA A MI MARIDO PORQUE YO NO PUEDO NI PASAR LAS PAGINAS JJAJAJA

DE LA CAIDA ESTOY MEJOR GRACIAS, PERO TENGO MIEDO A VOLVERME A CAER Y AHORA NO QUIERO SALIR A LA CALLE,PERO NO SE LO DIGAS A NADIE, JEJEJE

UN ABRAZO DESDE LOGROÑO

MARIA

Anónimo dijo...

Gracias Raúl,

Es la primera vez que escribo, aunqeu lo he ido leyendo desde el inicio.

Como siempre, las casualidades en la vida nos sorprenden y hacía tiempo que me recomendaron por varias vías este libro; y apenas este fin de semana lo acabo de empezar a leer y casi terminar, porque es cierto que engancha.

Admirable la manera de ir viviendo este sabio profesor su pérdida de dependencia, llegando incluso a DISFRUTAR a este vuelta a SER NIÑO.

Lo que me recuerda como dice mi madre en los momento de "Nube negra" esa canción tan vivencial de Sabina, que no somos culpables de lo QUÉ VIVIMOS, pero somos totalmente responsables de CÓMO LO VIVIMOS.

Este es un gran proyecto y, como siempre, seguimos aprendiendo

Anónimo dijo...

buenas,
soy una futura Fisioterapeuta que ha encontrado este blog por casualidad, lei ese libro en mi primer año de carrera, ya hace 3 años, lo recomendó uno de los profesores de la Uni (de esos que recuerdad siempre).
Con ese libro lloré como una madalena, pero te da qué pensar y te ayuda a reforzar si cabe unos valores.
Mi marido esta en silla de ruedas por lesión medular, y no es comparable... él siempre me dice que disfrutemos del tiempo presente, ya que no sabemos lo que nos depara mañana.
Desde aqui te mando toda la fuerza posible, y todavia más ánimos.
Algún dia ayudaré a personas como tú a mejorar su calidad de vida, por eso estudio lo que estudio.
un besote
patri_bcn