martes, 16 de septiembre de 2008

Mi vida laboral (última parte)

Hoy he recordado que no acabé de contar mi vida laboral. Me quedaba la última parte, que fue la mejor. Empieza a finales de 2002 cuando la empresa, debido a la crisis de ventas, se traslada a unas oficinas más pequeñas. También hay bastantes despidos, unos merecidos y otros no…

La parte positiva fue que, al ser menos gente, me empecé a relacionar con gente con la que tenía menos trato hasta ese momento (Nuria, Isabel, Pilar…) o gente que entró nueva (Sara, Bea…) y una larga lista de que incluye tan joven que no conocían a “naranjito”… entonces te das cuenta de que ya no eres un jovencito. Como veis la mayoría son mujeres. En la planta en la que yo trabajaba ahora hay 11 mujeres y 1 hombre…

En mi departamento pasamos de ser 8 ó 9 personas a ser 3 (Asun, Javier y yo). Menos gente y más trabajo. Esa era la parte menos divertida. Con el tiempo se ha vuelto a aumentar el número de personas en el departamento, algo muy necesario.

Lo que cambió fundamentalmente a mejor fue el ambiente. En eso influyó mucho que dejasen de trabajar algunas personas conflictivas que sólo buscaban enfrentamientos personales con los demás. Fue un gran alivio para todo.

De este periodo recuerdo con cariño las comidas de empresa, los regalos de amigo invisible, las actividades… cosas que generaron “buen rollo”. También gente muy graciosa que pasó por la empresa (Román, “Pastelito”…) y tantas anécdotas…

A nivel personal, tantas cosas… La confianza y la amistad ganada es mi mayor recompensa. Eso a pesar de lo pesado que he sido siempre, como opinan algunas que han tenido que aguantarme mucho de casa a la oficina y de la oficina a casa.
Todo me lo demostraron desde el momento del diagnóstico hasta ahora mismo.
El apoyo que tuve por parte de la empresa fue increíble. Pude seguir yendo a la oficina durante más de año y medio tras el diagnóstico sabiendo que cada vez podría hacer menos. El esfuerzo y el apoyo de mis compañeros es algo que no podré agradecer nunca lo suficiente.
¿Decepciones? Alguna pero mejor olvidar.

Desde agosto de 1997 a octubre de 2008 pasó de todo. Me quedo con lo bueno que es lo importante.

2 comentarios:

Isabel dijo...

Yo soy uno de los últimos "fichajes" del departamento, pero entré aún a tiempo de conocerte, por fortuna. Aunque hemos trabajado poco tiempo juntos, ha sido el suficiente para que te eche de menos y para que me haya "enganchado" a tu blog. ¿Tendrá también algo que ver el hecho de que me siente en tu sitio? :-)

Un beso,
Isa

Anónimo dijo...

Es increíble el tiempo que ha pasado, ¿verdad? Pero, ¿y lo que nos gusta recordarlo? ¿y lo bien que lo pasamos contando "las cosa" de la oficina? Estaríamos días y días hablando de la gente que ha pasado por aquí, las anécdotas que cada uno recuerda, las frases, los jefes, los petardos y petardas....

Raulito, es verdad que te hemos mandado callar muchas veces, (porque mira que hablabas majo!), pero después de compartir contigo el mismo despacho (o mejor dicho los despachos) durante 10 años, yo te echo de menos un montón, esto no es lo mismo sin ti. Echo de menos tus comentarios tontos por la mañana, tus opiniones, tus consejos, tu ayuda, tus "taper", los descansos... en fin que ya sabes que se te quiere mucho.

Nos vemos pronto!

Un beso grande,
Asun